Un tribunal de Apelaciones de Uruguay revocó la absolución y condenó a ocho años de prisión al “cuidacoches” que estuvo detenido por encubrir el crimen de Lola Chomnalez, la adolescente argentina asesinada en diciembre de 2014 en la playa de Barra de Valizas.
Un tribunal de Apelaciones de Uruguay revocó la absolución y condenó a ocho años de prisión al “cuidacoches” que estuvo detenido por encubrir el crimen de Lola Chomnalez, la adolescente argentina asesinada en diciembre de 2014 en la playa de Barra de Valizas, informaron hoy fuentes judiciales.
El fallo del Tribunal de Apelaciones del 4º Turno recayó sobre Ángel Eduardo Moreira Martínez, alias “El Cachila”, quien el 20 de junio pasado había sido absuelto por falta de pruebas y liberado de inmediato, luego de permanecer detenido durante tres años y medio.
Si bien “El Cachila” volvió a prisión meses después por violar una restricción de acercamiento solicitada por una expareja, los jueces Luis Vicinguerra, Ángel Shaban y Gabriela Cobelli resolvieron por unanimidad revocar la absolución dictada por el juez Juan Letrado Giménez Vera, del 1º Turno de Rocha, y condenarlo a ocho años de cárcel “como autor responsable de un delito de encubrimiento”.
Así lo confirmó uno de los abogados de la familia Chomnalez, Jorge Barrera.
La absolución del “cuidacoches” Moreyra había sido apelada el 28 de junio último por la fiscal de Rocha, Jéssica Pereyra, quien al presentar el recurso reiteró su pedido de condena a diez años de prisión.
Por el crimen de la adolescente continúa detenido Leonardo David Sena (39), quien, según el fallo absolutorio del juez Giménez Vera, en su declaración dijo que no conocía al “Cachila”.
“A través de material genético pudimos ubicar a una persona, que es quien depositó su material genético, valga la redundancia, en la escena del hecho, es decir, en la toalla que estaba en el interior de la mochila que llevaba Lola en su interior el día que falleció y en su documento nacional de identificación argentino”, explicó a la prensa el magistrado días después de la captura de Sena, la cual se produjo a fines de mayo último.
Sin embargo, Giménez aclaró que no puede “decir que el caso esté cerrado” ya que el acusado no admitió “haber dado muerte a Lola Chomnalez”.
“Está científicamente ubicado en el lugar del crimen. Reconoce haber tomado contacto con las pertenencias de Lola y que sustrae dinero de la mochila, reconoce lo que es imposible no reconocer porque la evidencia científica lo coloca en ese lugar, pero niega la autoría del crimen”, manifestó, en tanto, Juan Willman, uno de los abogados de los padres de la víctima.
En tanto, al cumplirse ocho años del crimen, el letrado dijo: “Es el primer aniversario en el que sentimos la tranquilidad de que la persona que había dejado su ADN en las pertenencias de Lola finalmente fue encontrada”.
Mientras, fuentes judiciales aseguraron a esta agencia que el imputado, que tiene antecedentes penales por otros dos hechos, fue detenido en el Chuy, en el límite de Uruguay con Brasil, y que distintos testigos señalaron que era frecuente verlo en la zona de Castillos y Rocha.
Lola (14) viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014 y se alojó en la casa de su madrina, Claudia Fernández, quien se encontraba junto a su esposo, Hernán Tuzinkevcih, y el hijo de éste.
Al día siguiente, la adolescente desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de médanos.
Mediante la autopsia se determinó que Lola murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.
Para la fiscalía, la adolescente trató de escapar corriendo de sus asesinos, fue alcanzada, herida con un arma blanca y golpeada en la cabeza para finalmente morir asfixiada cuando, ante sus probables pedidos de auxilio, le apretaron la cara contra la arena.
“El Cachila” fue detenido al comienzo de la investigación, pero quedó libre ya que dio negativo el cotejo de su ADN con el material genético hallado en los objetos de la víctima, pero en 2019 la Justicia uruguaya lo volvió a imputar y lo detuvo como encubridor al concluir que “estuvo presente antes, durante y después del homicidio” de la adolescente.
Desde entonces, los peritos de la Policía Científica continuaron con los cotejos de ADN con cada uno de los nuevos ingresados al sistema carcelario por otras causas y así llegaron al familiar del ahora acusado de ser el autor material del crimen.